domingo, 25 de enero de 2009

Octava crónica: De ilegales por Paraguay

Tras despedirnos de la familia y de Argentina, pasamos a Brasil para llegar a la cercana Ciudad del Este en Paraguay. Fue muy fácil pasar tres fronteras en un sólo día en un urbano que costaba 75 céntimos. El bus pasó de largo dos controles de inmigración: salida de Brasil y la entrada a Paraguay. Lo que no sabíamos eran las consecuencias que iba a tener este sencillo trayecto.
Nada más llegar a Ciudad del Este, lugar donde van todos los brasileños y argentinos a buscar gangas en bienes electrónicos, nos montamos en un bus con destino a la capital: Asunción. A poco de llegar y conversando con un pasajero que resultaba ser abogado, le contamos nuestra atípica entrada al país. Nos preguntó si teníamos sello de entrada. Ante nuestra negativa, nos recomendó ponernos en contacto con la embajada.
Pernoctamos en un escabroso hotel junto a la estación y, al día siguiente, contactamos la embajada. Éstos nos remitieron a la Oficina de Migraciones. Tras preguntar en una ventanilla, nos comunicaron que habíamos ingresado en el país de forma ilegal y que por ello debíamos pagar una multa de 100 euros o volver a Ciudad del Este, obtener el sello de salida de Brasil y la entrada en Paraguay. Al de un rato, decidimos poner a prueba a la burocracia paraguaya con el truco de cambiar de ventanilla y preguntar a otro funcionario. Éste nos mandó al primer piso. Ahí, tras 30 minutos de espera mientras observábamos el pasotismo en estado puro, nos dijeron que nuestro problema no les competía, así que nos mandaron al Departamento Jurídico, tercer piso en la calle de enfrente y preguntar por un tal Benjamín. Como no, Benjamín se encontraba almorzando. Explicamos el caso al Secretario que respondió exclamando: -¡Oh, no! ¡Otra vez no!- Apareció el ingeniero Schoefer (gran jefe indio) que amablemente nos explicó que antes de entrar en un país es obligación sellar el pasaporte y que, culturalmente, ese punto de entrada, la dichosa Ciudad del Este, goza de una acuerdo vecinal por el cual los habitantes de los países que comparten la frontera están exentos de presentar el pasaporte. Tras una breve pero educada discusión, nos pidió los pasaportes y nos emitió una especie de salvoconducto, insinuándonos que con dicho papel en mano no encontraríamos problemas en pasar a Bolivia por la zona del Chaco (zona occidental de Paraguay).
Satisfechos con nuestra primera victoria contra la burocracia recorrimos las calles de Asunción y nos preparamos para nuestro viaje a Santa Cruz (Bolivia). Al comprar los boletos, preguntamos al taquillero cómo era el bus. Señaló un póster que lucía un flamante bus de dos pisos. Cuando vimos el bus, nos dimos cuenta de que viajar no iba resultar tan sencillo como lo había sido en Argentina y Chile. Se trataba de un 'chanobus' cargado hasta las trancas y nos tocó en la primera fila junto a la puerta. Viajéis a donde viajéis, nunca aceptes esa plaza. Cada hora paraba para recoger a más gente que abría la puerta. Nos conseguimos dormir hasta que una señora vestida de época acompañada de dos hombres vestidos de carpintero y con sombrero al estilo playmobil enganchó la puerta con el pie de David y éste pegó un grito que despertó a medio bus. Luego nos enteramos que eran menonitas, una comunidad anabaptista que guarda estrictamente las tradiciones y reniegan de los avances tecnológicos, que está presente en Paraguay. A las 3 de la madrugada llegamos a la oficina de migración paraguaya. Mientras hacíamos cola, vimos como una pareja de ingleses sacaban nuestra misma hoja y cómo el guardia negaba con la cabeza y les señalaba con una calculadora lo que tenían que abonar para pasar. Nos tocó a nosotros y sacamos la hoja. Éramos cuatro contra dos. Les dijimos que nos negábamos a pagar, alegando que el Ing. Schoefer nos había asegurado que no íbamos a tener problemas, todo esto ante la mirada estupefacta de los ingleses que no entendían ni papa. Tras un momento de reflexión, los guardias nos dijeron:- Pueden pasar, pero se van sin sello de salida.-
Otra vez sin sello, en teoría estábamos en Brasil. Cuatro horas después llegamos a la oficina de migraciones de Bolivia (los pasos fronterizos no son como el de Irún). Formamos una cola y fuimos los primeros en mostrar el pasaporte. Con una sonrisa y un saludo exagerado, logramos que el policía, aparentemente afable, nos pusiera un sello de entrada. Salimos de la caseta adornada con fotos del flamante presidente Evo Morales y un calendario erótico, a cambiar dinero. De repente, vimos a la inglesa pidiéndonos ayuda y al policía pidiendo un intérprete. No querían ponerles el sello de entrada porque les faltaba, como a nosotros, el de salida de Paraguay. Por ahora, esta ha sido una de las interpretaciones más surrealistas de mi vida.
Policía:-Pregúntales por qué no tienen un sello de salida.
David: Why don't you have an exit stamp?
Mark (el inglés): Well, you know why.
David se pone a contar al policía toda la historia desde la Ciudad del Este mientras éste último se preguntaba cómo cuatro palabras inglesas pueden traducirse en semejante rollo. El inglés volvió a sentarse delante del afable policía y éste le espetó un ¡fuera!, indicándole que se pusiera a un lado. Pasó todo el mundo y sólo quedábamos los ingleses y el chófer que amagaba con dejarnos en la frontera y, mientras tanto, observábamos cómo un menonita trataba de sobornar su entrada.
Finalmente, el guardia dijo que harían una excepción y les selló los pasaportes. Los ingleses no se lo creían y, a modo de agradecimiento, nos invitaron a unas cervezas la noche del día después en Santa Cruz.

Moraleja: hay que sellar el pasaporte antes de entrar en un país aunque te lo pongan a huevo.
Un abrazo,
David y María

6 comentarios:

Pablo Ryan dijo...

Hi Smurf & Mary,
Que divertida la anécdota de las fronteras!!! Aunque supongo que no lo pasasteis demasiado bien en aquel momento. Por lo menos entendíais el idioma...pobres ingleses....tough!!.
El otro día atendí en consultas a una china que no entendía ni papa de español. Probé llamar a Silvia por si estaba en casa la chica que esta con Olivia, pero estaba fuera. Intente comunicarme con el google traslator (yo le escribía una palabra tipo “¿por qué has venido?” o “¿te duele algo?” y ella leía lo que aparcería en la pantalla en signos chinos), pero era imposible. Al final tuve que llamar a un traductor de la embajada.
Con el teléfono en manos libres le dije al traductor que le preguntase a la chinita: (palabras literales) ¿Por qué has venido a mi consulta?
El traductor empezó a hablar…… estuvo 5 minutos hablando sin parar, aunque más bien parecía que le estaba echando la bronca.
Después la chinita le contesto…..otros 5 minutos hablando como si se conociesen de toda la vida.
Después de esos casi 10 minutos hablando entre ellos (yo ya estaba con el salvapantallas de las tuberías), le pregunte al traductor… ¿qué ha dicho?
El de forma breve y fría me contesto: “ha venido a su consulta porque es hipertensa”.
Yo le pregunte ¿y que más ha dicho?
El me contestó de forma rápida: “nada mas, ha venido a su consulta porque es hipertensa”. Entonces me imagine lo que supondría el preguntarle por los antecedentes personales, alergias, factores de riesgo cardiovascular, antecedentes quirúrgicos, anamensis, explicarle el tratamiento y desistí.


Un abrazo y cuidaos mucho
Pablo y Laura.

Silvia Maiz dijo...

Hola David,

¡Qué buena la crónica! Divertida. Yo pensaba que iba a ser la "mordida" tan frecuente por esas latitudes.

Pero creo que tu historia podría haber tenido una mejor solución. Yo que tú, hubiera cobrado tus servicios 150 napos al policía por traducirle otros 150 al inglés por traducirle, pagais vuestra multa y encima os da para jamar.

Tengo el ordenador de casa averiado así que ya te enviaré un email cuando lo reparemos.

Un abrazo a los dos.

Edu

Anónimo dijo...

Muy bueno. Nos ha encantado esta cronica.

Ahora nos toca esperar el siguiente.

Muxu bat,

Ibon eta Olatz

Unknown dijo...

Jajaja... no me puedo creer que sólo sacaseis dos cervezuquis a los guiris!!! Gibraltar Español!!!
Ya os vale no haber llamado a mi amiga Ana que curra en el Sheraton en Asunción!!! Pudiendo haber dormido en condiciones hasta la próxima visita familiar...
Cuidaos mucho!!!
Besotes de Enri, Latza y míos!!!

Paips dijo...

Muy buena! muy buena!!! ja ja ja

Que grande!!! Toda una cronica!!! Me he partido... je je je

David y María dijo...

Que buena Pablo tu minicrónica con la china¡...espera que lleguemos a los países donde no entendamos ni papa como los dos ingleses, imagino que será mucho más dificil viajar, pero bueno parte del tema!
Ahora nos queda poco para ir a Brasil, y hemos comprado un libro de frases utiles, ya os contaremos.

Edu! Pensandolo bien tienes razon, teníamos que haber aprovechado la situación. Nos regalaron un guía de Peru que nos ha venido bien.

Nos alegramos que os haya gustado nuestro paso por la frontera. En unos días trataremos de pasar a Brasil, digo trataremos porque para el migraciones de Brasil seguimos en su país y nos hemos pasado del visado. Veremos cómo se soluciona. Prometemos crónica, para lo bueno y para lo malo! Esti, no tendras amigas por los Sheraton de Brasil...? jejeje Avísanos
Cuidaos mucho todos!

David y María