jueves, 11 de marzo de 2010

Crónica 32: Conociendo Irán (B.Abbas- Shiraz)

Conseguir un visado para viajar a Irán no suele ser tarea fácil, y menos utilizando la vía directa de acudir a una embajada en lugar de pagar a una agencia para "agilizar" el trámite. El funcionario de la embajada de Irán en Nueva Delhi parecía no entender que queríamos visitar su país y no meramente atravesarlo, pues al principio sólo quería otorgarnos tres días de tránsito. Después de insistir en el hecho de que viajábamos en bicicleta y que debíamos cubrir más de 2.000 km, nos dijo: - Vale, os doy 5 días de tránsito.- No nos servía pues el visado de tránsito no es prorrogable y el de turismo sí. Finalmente, el método de ponerse pesado surtió efecto y nos otorgó 15 días de turismo para que dejáramos de montarle el numerito.

Itinerario
Rojo: bici
Negro:bus

En Bandar Abbas habíamos gastado 5 de esos 15 valiosos días resolviendo el problema del dinero y Shiraz, nuestro siguiente destino y donde pensábamos renovar el visado, quedaba a 650 km. Por ello, decidimos avanzar en bus los primeros 150 km hasta Ghakom, una parada de camioneros. En la estación de buses no entendían que quisiéramos pararnos ahí y trataban de convencernos para que fuéramos directamente a Shiraz. Para añadir un poco de esperpento a todo, mientras cargábamos las bicis en el bus, rodeados de curiosos que se interesaban por nuestra procedencia, pasaron dos cazas que provocaron un silencio sólo roto por uno de ellos que exclamo:-Amérrica!-. Una hora y media después el bus nos dejaba en la parada de Ghakom, donde había un puesto de naranjas, un taller de camiones, un restaurante cerrado y una mezquita: el lugar ideal para celebrar el cumple de María.

En la parada de Ghakom celebrando el cumple de María

Acampamos en el patio de la mezquita y cenamos un kebab observando el constante goteo de viajeros y camioneros que paraban para rezar, tomarse un té, comer o estirar las piernas. Las mezquitas, además de templo de adoración, cumplen una función muy práctica para el viajero, pues ofrecen baños, agua caliente y cobijo para pasar la noche si se precisa. Eso sí, a las cinco y media de la madrugada uno se despierta con la llamada al rezo que acabamos aprendiéndonos de memoria.

Primeros dias de camino

Paisajes semidesérticos

Las carreteras por las que pedaleamos, salvo las entradas y salidas de las grandes ciudades, se encuentran en general en buen estado, gozan de un amplio arcén y apenas tienen trafico. La comarcal hasta Shiraz atravesaba un paisaje semidesértico, serpenteaba entre las montañas del extremo de la cordillera de los Zagros y pasaba por pueblos que vivían principalmente del pastoreo y la agricultura.
Llegando a Forg
Refugios de pastores

En la parada para la comida del primer día se unió a nuestro sofreh un camionero de Shiraz que nos dio a probar arde shire -una energética crema de dátiles- y para la sobremesa nos puso una película de la época del Shah (Rey), es decir, anterior a la revolución de 1979. Un filme en blanco y negro al más puro estilo Paco Martinez Soria, en el que las mujeres no llevaban velo y salían cantando en tascas: algo impensable en el Irán de hoy en día.


Entramos en la provincia de Fars, cuna de la civilización persa, llegamos al pueblo de Forg y, guiados por la policía, acabamos durmiendo en el único restaurante del pueblo. En nuestro paso por Irán la policía, por lo general, se ha preocupado siempre porque estuviéramos bien. No diría sin embargo lo mismo un iraní de a pie que, en general, prefiere mantenerse alejado de ella.


Moteros: nuestros escoltas en las entradas de las ciudades

Al día siguiente, tras veinte minutos de pedaleo, se paró un coche a esperarnos. Conducía Ali, profesor de inglés en la escuela, que nos invitó a su casa de Jannat Shahr, a 70km. Ahí empezaría una cadena de invitaciones que llegaría hasta casi nuestra salida del país, demostrando así que los iraníes son, con mucha diferencia el pueblo más hospitalario que hemos conocido.
Sofreh surtido típico: kebab,arroz y sopa de alubias

Alí y su mujer Halima nos acogieron en su casa como es costumbre, nos cebaron con riquísima comida, nos enseñaron el pueblo y, siguiendo un patrón que se repetiría, nos presentaron a su familia y círculo de conocidos.
Con la familia de Alí y Halima sobre la alfombra (fars)
Las rígidas piernas de David sufrieron en cada reunion sobre la alfombra
Una hospitalidad que resulta simbiótica, ya que por un lado, a nosotros nos abrió las puertas a un variado abanico de familias iraníes y, por el otro, nuestra presencia beneficiaba el estatus del anfitrión, ya sea en el plano social, religioso o personal. A la mañana siguiente Ali y Halima nos llevaron a ver los extensos oasis de naranjos que dominaban todo el valle y que alimentan a la comarca. Degustamos cinco variedades de naranjas, todas riquísimas.

Por la tarde-noche nos invitaron a participar en la clase de inglés de la academia del pueblo. Ahí conocimos a Majid, un joven profesor que se convertiría en nuestro siguiente anfitrión.

Alumnas de inglés

En las clases de inglés los temas de conversación se repetían: nuestra opinión acerca de Irán, la mujer occidental y el fútbol. El primero es un tema que preocupa mucho a la sociedad iraní. Irán padece un serio problema de mala imagen en el exterior que contrasta con el Irán del día a día: gente amable, pacifica y personalidad propia. Nos contaba Majid que Irán está condenada a vivir en el aislamiento. A pesar de estar prohibido, la mayoría de familias que conocimos, incluso las partidarias del régimen, esconden una parabólica en sus hogares que les permite acceder a más de 2.000 canales de TV, luego saben lo que se dice de Irán. En la cena, Ali nos contó que había sido basiji, voluntario durante la guerra que enfrentó a Irak e Irán. En 1980, Sadam Hussein, aprovechando la debilidad militar iraní tras la revolución, se propuso saciar sus ansias imperialistas y lanzó una invasión contra su vecino. Una guerra, según muchos, impuesta que dejó a muchas familias diezmadas. A la entrada de todos los pueblos por los que pasábamos se veían las fotos de los mártires locales. Poco antes de despedirnos, un amigo de Alí nos enseñó en sus propias carnes las secuelas del armamento químico utilizado durante los 8 años que duró la contienda.

A pesar de la lluvia y el viento salimos en dirección a Darab, a escasos 20 km. Teníamos intención de parar un rato para estar con Majid, pero éste nos lió y acabamos conociendo sitios muy interesantes de los alrededores:

Antiguo templo de fuego de la religion anterior al Islam existente en Iran: el Zoroastrismo

Bajorrelieve de la epoca del İmperio Persa (un caballo bravo...)

Durante la visita nos expresó un sentimiento bastante común en Irán: se identifican con la cultura persa y no perdonan la invasión árabe, a pesar de que abrazaran el islam. Al día siguiente pusimos rumbo a Fasa en una etapa larga y con bastante viento en contra, un elemento que no conocíamos hasta la fecha y que nos acompañaría hasta la misma frontera de salida. Llegamos a Fasa tan cansados que rechazamos la invitación de una familia que insistió hasta la saciedad en que fuéramos sus huéspedes. En el camino entre Fasa y Sarvestan los coches seguían parándose para darnos fruta, frutos secos, saciar su curiosidad o simplemente saber si necesitábamos algo.

Irani posando con su Paykan, coche típico en Irán (consume 12L los 100kms)

En Fars vimos la pasion por el entrenamiento de palomas de carreras

Cayó la tarde y pedimos permiso en un restaurante para poner la tienda. Los dueños nos acogieron encantados. Llamaron a sus hijos que vinieron a conocernos. Uno de ellos nos llevó de gira por la ciudad a conocer una mezquita y, luego, nos presentó a su familia, mucho más liberal que las conocidas hasta la fecha. Las mujeres llevaban el pañuelo por la mitad de la cabeza y no eran tan solemnes como otras. Una visita que iba a durar muy poco, ya que al anfitrión se le escapó la mano al guiar a María al baño. Un pequeño pellizco que hizo que nos levantáramos y despidiéramos de toda la familia, que preparaba la cena para sus invitados, y no entendía nuestro repentino cambio de parecer. Nos fuimos enfadados y con el estomago vacío. Resulta contradictorio que los hombres no puedan estrechar la mano a una mujer en publico, pero que algunos osen a tocar el culo a las occidentales al menor descuido.

Bajando hacia Sarvestan

Al día siguiente alcanzamos Shiraz. Nos recibió con trafico muy denso, el cielo gris y árboles desnudos. Encontramos un hotel barato en el centro.

Vista sobre Shiraz

Llegábamos a Shiraz con ilusión, pues habíamos oído que era la ciudad de poetas como Hafez y Saadi, de los parques donde los enamorados se juntan a escondidas y de una Irán más abierta de miras. Una imagen muy diferente a nuestra experiencia inicial.

Mientras visitábamos el parque Eram en medio de un aguacero, Alí Baba se metía en nuestra habitación y se embolsaba 600 euros en rieles y una colonia que nos habían regalado en Omán.

Parque Eram:lugar preferido de los enamorados shirazis y antigua residencia del Shah

Quisimos ser precavidos y no llevar todo el dinero encima, cometiendo el segundo gran error en Irán. Acudimos a la oficina de Turismo para denunciar el robo a la policía. Para cuando volvimos al hotel, dos policías tomaban declaración a uno de los dueños del hotel que jugaba nervioso con el rosario. No conseguíamos comunicarnos y optamos por recurrir a Majid que estaba en Shiraz. Esta vez venía acompañado de su amigo Mohamad. Al principio los del hotel echaron la culpa a unos afganos que se habían alojado la noche anterior. Algo muy improbable, pues habíamos entregado la llave en recepción y no había indicios de que hubieran forzado la cerradura. Tras media hora de "investigación", concluyeron que el ladrón era un tal Hassan, recepcionista con antecedentes que se había dado a la fuga.Fuimos conducidos a una sala donde continuaron las "pesquisas". Mohammad relató a la policía como un conocido suyo al que un carterista había desplumado en Madrid había recuperado todo su dinero, omitiendo que el dinero fue reembolsado por la empresa con la que estaba negociando... Mohammad es un empresario que goza de un elevado estatus social. Algo que hizo cambiar el enfoque de los policías. Ahí, nos dimos cuenta de la importancia de la posición social en Irán. Se hizo el silencio y Majid nos preguntó cuánto queríamos que se nos devolviera. Pensamos en un tercio, pues, de alguna forma, nos daba pena el dueño, que parecía muy afectado; pero Majid insistió en bajines que pidiéramos la mitad. Así lo hicimos y un minuto después nos hacían entrega de un fajo de rieles mientras los dueños se deshacían en un mar de disculpas.

Cenando con la familia de Majid y con Mohamad y Mariam (a la dcha)

Los siguientes tres días los pasamos en casa de Mohammad y Mariam y aprovechamos para pasear por la ciudad y prepararnos para el frío que decían nos aguardaba más al norte. El último día pudimos conocer la ciudad guiados por el cuñado de Majid que nos llevo a ver las tumbas de los dos grandes poetas persas, Saadi y Hafez.

Interior de cupula en la tumba de Hafez
Paloodeh: helados almidonados famosos en Shiraz

A modo de despedida Mohamad se levantó a las 6 para comprar el desayuno: kaleh pacheh,sopa de cabeza y pata de cordero. Llenos de energía pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: Isfahan.

Un abrazo,

David y María

3 comentarios:

Isa dijo...

David! María! Pero... pero... yo no tenía ni idea de que estábais literalmente dando la vuelta al mundo... Hoy he tropezado de casualidad, FB-mediante, con este genial blog vuestro! Yo alucino: sois la monda! XDDDD!!!! A partir de ahora os seguiré con mucho interés.
Un abrazo fuerte,
Isabella Tonon

David y María dijo...

Mile grazie Isabella!! Que ilusion que te haya gustado. Esta un poco atrasado, pero ahi estamos. El otro dia vi una foto del equipo de Etymon, tambien FB-mediante, y me alegre mucho de veros tan bien! Cuando lleguemos, ya me pasare!
By the way, tu querida madre tierra esta en nuestra ruta, asi que ya te escribiremos para pedire consejos.Cannot wait,
Besos desde Aleppo
David

Isa dijo...

Vale: ya veo que dejáis lo más peligroso para el final... jejejejeejeje.... Aquí estoy a disposición para cualquier información necesites...
Saludos,
Isabella