A la salida de Shiraz la carretera pasaba por decadentes viñas que habían conocido épocas mejores, ahora sólo utilizadas para la producción de vinagre, pasas o elaboración casera y secreta de moscatel. El vino, al igual que el resto de bebidas alcohólicas, está estrictamente prohibido en Irán; es haram; es decir, lo prohibe el Corán. La región de Shiraz dio el nombre a una variedad de uva mundialmente conocida y la región reune unas condiciones excelentes para la viticultura.
A medio camino nos dieron alcance Mousa y Fátima, cuñado y hermana de Majid. Nos traían una caja de dátiles iraníes de 3 kg. Pesados, pero exquisitos. Nos aportaron energía hasta el mismo día de nuestra salida del país. Tras 60 km de pedaleo tranquilo llegamos a las ruinas de la ciudad de Persépolis, consideradas Patrimonio de la Humanidad. Era viernes y quedaba una hora para el cierre. Pagamos la entrada (30 céntimos de euro) para ver la ciudad junto al resto de iraníes que aprovechaban el viernes festivo.
Persépolis, ciudad de los Persas, data aproximadamente del 512 a.C y fue una de las principales capitales del imperio Persa. Construida sobre un collado que domina la llanura de Fars, fue una obra empezada por el el rey Darío I y terminada por sucesivas dinastías Acaménidas y Sasánidas. A pesar de lo poco que queda de lo que una vez fue esta ciudad incendiada por Alejandro Magno en 330 a.C,el personaje histórico más odiado por los Persas, es posible hacerse una idea de la vida en aquella época con la guía y algo de imaginación.
Por esta puerta entraban los dignatarios de las 26 naciones bajo el paraguas del Imperio Persa que abarcaba desde etiopes, pasando por asirios hasta los afganos.
Esa noche nos dejaron montar la tienda en el Jardín Parmis, un bosque de pinos donde el último Shah Pahlavi organizó una de las mayores fiestas que conoció Irán para conmemorar 2500 años de monarquía en Irán. Al día siguiente íbamos a visitar más ruinas cercanas: tumbas esculpidas en roca viva y bajorrelieves, todas de la época del imperio persa. Por la mañana pasamos por un asentamiento nómada instalado a poco metros de las ruinas.
Avanzamos muy poco y acabamos aceptando la invitación de una familia de Seydan, un pequeño pueblo cercano. Hospitalarios hasta la médula, nos ofrecieron todo. No pudimos conversar mucho dado nuestro farsi básico, pero había cosas que hablaban por sí solas. De la pared de la estancia principal colgaba una foto de un familiar caído en la guerra y otra de Jomeini. El hijo se llevó la mano al corazón cuando apareció Jomeini en la televisión.
Al día siguiente tomamos secundarias en las que nos cruzamos con más pastores que coches pedaleando por paisajes inhóspitos y barridos por el viento hasta llegar a Pasargada, otro patrimonio de la Humanidad y primera capital del imperio Persa fundada por Ciro el Grande, el rey Persa más famoso y aún adorado por muchos, y donde ahora sus restos descansan en una modesta tumba.
Además de la tumba, quedaban ruinas de la capital antes de que fuera relegada por Persépolis. Cuenta la leyenda que Alejandro Magno saqueó la tumba, un acto que le atormentaría el resto de su vida. Esa noche acampamos a escasos metros de la tumba y estamos seguros de que Ciro descansaba más calentito que nosotros, ya que el termómetro en la tienda marcaba - 6 grados.
A pocos kilómetros de Abadeh nos paró Sassan, una cazaturistas iraní famoso en los foros que nos invitó a su casa libro de visitas en mano. Nos ofreció una hospitalidad muy diferente a la conocida hasta la fecha
María pudo quitarse el velo y nos recibió con una copa de moscatel. Conocimos a su familia y conversamos sobre muchos temas. Persona muy carismática, abierta y muy divertida. Al salir de Abadeh, se detuvo un coche y de el salió un hombre vestido de calle que nos mandó parar. Nos pidió los pasaportes y tras tomar buena nota de ellos (por poco copia hasta los telefonos de emergencia que tenemos apuntados en un post-it), nos hizo un pequeño interrogatorio con alguna pregunta capciosa para ver si mentíamos. Nos devolvió los pasaportes y cuando se fue pensamos que algo tendría que ver con el hecho de habernos quedado en casa de Sassan. Luego nos enteramos que era un pasdaran, es decir, la policía secreta del régimen, cuya función es controlar y mantener el orden. El paso de dos turistas por el pueblo había revolucionado la mañana de ese día soleado de invierno y seguramente levantado sospechas. Hace sólo un mes habían detenido y acusado de espionaje a tres turistas americanos paseando por la frontera entre Irak e Iran. Seguimos hasta la ciudad de Shahreza haciendo escala en una mezquita para pernoctar y disfrutando de los paisajes y la gente.
En Shahreza conocimos a Omar, un joven ingeniero de caminos que se ofreció a enseñarnos la ciudad. Lo más destacado es la mezquita, con la tumba de uno de los hermanos del imán Reza.Tras la muerte del profeta Mahoma (632 d.C) se produjo un conflicto de sucesión que iría a escindir el Islam en suníes o seguidores de Abu Bakr, padre de la segunda mujer de Mahoma ,y shiíes, partidarios de Ali, primo de Mahoma y marido de su hija Fatima. Este cisma perdura hasta la fecha y sigue siendo motivo de conflictos sobre todo en Irak. En Irán, a diferencia de lo que ocurre en el resto de países islámicos, el poder está en manos de un clero shií desde la revolución de 1979. Los shiíes veneran a los doce imanes siendo el primero Ali, el tercero Hossein y el octavo Reza, los favoritos, y cuyas imágenes se pueden ver en casas, restaurantes, camiones o plazas.
Omar, mientras conducía bajo un aguacero, nos hablaba de su firme oposición al régimen. Aborrecía lo que decía ser una religión impuesta y apoyaba la única esperanza política en Irán según él: Mussavi, líder más liberal y alternativa al primer ministro Ahmadineyad, el que siempre aparece en la tele. Nos pasó música prohibida de la época del shah, nos enseñó vídeos de las manifestaciones del verano pasado tras las elecciones y contó cómo algunos amigos suyos seguían detenidos. Esa semana eran colgados tres hombres arrestados tras las revueltas. Quería salir de Irán, pero no lo tenía nada fácil. El gran obstáculo es que para que un iraní obtenga un pasaporte, debe completar dos años de servicio militar y, luego, es muy difícil conseguir un visado de un país occidental.
Al día siguiente, el viento y una cadena de averías consecutivas nos obligó a hacer dedo para cubrir los últimos 35km hasta Isfahán. Primero nos acogieron Azi y Abdin, dos profesores de inglés en la Universidad de Isfahán conocidos a través de Mohamed. Además de agasajarnos en su casa nos hicieron de guías en la plaza más famosa de Irán, Naqsh-e Jahan.
Significa imagen del mundo y fue iniciada por el shah Abbas, un amante de la arquitectura, a principios del S. XVI. Visitamos las dos mezquitas con típicas cúpulas azules turquesa características de los shiíes y subimos a la terraza del palacio desde donde el Rey presenciaba los partidos de polo.
La plaza Naqsh-e Jahan
Una plaza tan bella como esta hubiera estado a rebosar en cualquier otro país. Quizá estaba vacía por ser invierno, por la crisis o sencillamente porque está en Irán. La preocupación flotaba en el ambiente y se veía en la cara de los bazaries, los comerciantes del bazar, que se paseaban desesperados buscando clientes.
Azi y Atbin partían a Teheran y esa misma noche nos trasladamos a casa de Parvaneh, también conocida a través de Mohamad en Shiraz. Era una familia azarí, es decir, proveniente del noroeste del país cercano a Turquía y Azerbayan; entre ellos hablaban en azarí, diferente al Farsi. Una hermana de Parvaneh y su marido vivían en Estado Unidos desde hace 15 años y ambos despuntaban en sus profesiones como otros muchos iraníes que decidieron emigrar cuando conseguir el visado era más fácil.
El inglés de Parvaneh y su amiga Parvin era básico, pero las ganas de entendernos y la ayuda de Samaneh, alumna de Azi, hicieron que la comunicación fluyera esos días. Guiados por ellas visitamos el río Zayandeh que atraviesa la ciudad de este a oeste, la mezquita de los minaretes basculantes, visitamos tiendas de alfombras y un parque de pájaros ante un frío helador. Comimos ash (sopa) y probamos el mejor helado de Isfahán. Paseamos de noche por los puentes llenos de vida y con jóvenes cantando poemas de amor de Hafez.
Samaneh nos acompañó en todo momento. Ella era una chica religiosa que vestía con chador por elección propia. Al mismo tiempo, se mostraba abierta a conocer otras personas y perspectivas. Nos ayudó mucho en Irán hasta la mismísima frontera. Ella misma nos decía encontrarse a veces entre dos aguas, ya que por un lado tenía que aguantar las miradas desaprobadoras de otras mujeres con chador por relacionase con occidentales y, por el otro, las miradas de rechazo por parte de las iranies más liberales.
Pensábamos que Isfahán, por lo leído en la guía, sería una ciudad conservadora y cerrada.Sin embargo, nos encontramos una ciudad muy dinámica, amante de las artes, orgullosa de su personalidad y con gran amplitud de miras. Las mujeres tapadas con chadores negros se cruzaban con chicas con pañuelo a medio cubrir el pelo, maquillaje, gafas de sol de Armani y vaqueros. Fueron muchos los jóvenes que nos pararon para practicar su inglés o mostrar interés por "lo de fuera". La última noche fuimos convidados a casa de Parvin, familia Bajtiari descendiente de los nómadas del noroeste de Isfahán. Una familia muy unida, apegada a sus raíces, natural y con la que pasamos una velada muy divertida.
A la mañana siguiente la madre de Parvaneh nos despedia arrojando un cuenco de agua a la calle y Parvaneh pasaba un corán por encima de nuestras cabezas. Dos costumbres practicadas para que el viajero vuelva con salud a casa. Necesitabamos algo así ,pues nos esperaba el Kurdistán en invierno.
A la mañana siguiente la madre de Parvaneh nos despedia arrojando un cuenco de agua a la calle y Parvaneh pasaba un corán por encima de nuestras cabezas. Dos costumbres practicadas para que el viajero vuelva con salud a casa. Necesitabamos algo así ,pues nos esperaba el Kurdistán en invierno.
Un abrazo,
David y María
David y María
5 comentarios:
Hola Mary & Smurf, Muy interesante la Cronica. A pesar de la prohibicion de consumir vino,¿ se produce para exportacion?. Hemos recibido la postal, nos hizo mucha ilusion.
Un abrazo.
Pablo, Laura y XY
Un país sorprendente, la verdad.
Aunque no siempre hagamos comentarios seguimos las crónicas puntualmente. Es como irse de vacaciones unos minutos mientras trabajas.
Gracias por la postal, muy chula, y única. Postal Nepalí, con sellos nepalí y turco, y matasellos de Turquía. De coleccionista!
Ya tenemos ganas de veros por aqui.
Un abrazo
Pet
La cronica muy chula, la verdad es que nos estais enseñando un Iran muy distinto a la que nos hacen ver en los medios de comunicación habitualmente.
Por lo que vemos, ya estais en Siria...
El mapamundi de casa, no da abasto. ¿ Seguro que llegais para Junio ? Avisad, si hay que salir en bici a por vosotros. Je, je, je...
Bueno seguid pedaleando y disfrutando mucho.
Un muxu para los dos.
Ibon eta Olatz
Hola Pablo y Laura,
Laura: Muchas felicidades por tu cumple! Esperamos que pases un dia bonito y que descanseis en SS. Disfrutad del mar!
No preguntamos, pero creemos que tampoco exportan, solo lo producen en casa
Un abrazo a los 3!
Hei Pet!
El de correos en turquia homologo el sello nepali y lo considero turco! Nosotros tambien nos quedamos flipados e incluso insitimos en poner un sello turco encima del nepali, pero el tio erre que erre pego la diferencia con respecto al sello nepali, puso el matasello y a la caja! En fin, que salio regalada! Un abrazo de los 2!
Hola pareja!
el blog va desfasado con el viaje, pero vamos poco a poco remontando.
Aun no he podido ver las fotos del encuentro porque la conexion es lentisima, bueno vi la de Ibon en la 245!!!Ayer llegamos al Libano y hoy estamos descansando. Esperamos llegar a tiempo..., por ahora vamos bien. Disfrutad de la SS!
Un abrazo para todos y gracias por animar y comentar!
Davd y Maria
David! Gracias por la postal desde Aleppo! Ha llegado hoy!
Y qué notición que os caséis!
Hasta me he emocionao y to'...
Saludos y buena continuación!
Isabella y todo Étymon.
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