jueves, 25 de marzo de 2010

Crónica 34: Despidiéndonos de Irán

Itinerario: último tramo en Irán

La mañana que salíamos de Isfahán un par de helicópteros-tanque sobrevolaban la ciudad. Era la víspera del aniversario de la Revolución que iba a durar 5 días. Nuestros amigos de Isfahán nos advirtieron que evitaramos las grandes ciudades esos días. Avanzamos los primeros 70 kms por la autovía en un día gris y encapotado hacia Teherán junto a un denso tráfico de familias enteras que acudían a la capital a participar en las celebraciones o bien a protestar contra el régimen.
En un principio pensamos seguir esta ruta hasta Tabriz, cercana a la frontera turca, pero suponía mucha autovía y mucho tráfico, así que decidimos ir por Hamadán, otra de las antiguas capitales persas y que todo el mundo asociaba con el frío.

Típica escena de carretera: montaban la tienda y el picnic en cualquier parada

Cuando abandonámos la autovía hacia el noroeste dejamos el tráfico atrás pero nos encontramos con el viento del oeste en la cara. Llegamos con los últimos rayos a la ciudad de Golpeygan. Molidos por el viento descartamos acampar. Al preguntar por una musaferjune, literalmente casa del viajero, teníamos que insistir en que no queríamos ir a un hotel. De lo contrario, nos guiaban siempre al hotel más caro pensando que, siendo extranjeros, era lo que buscábamos. En la musaferjune nos esperaba una grata sorpresa: había otro cicloviajero alojado. Encontrarse con un turista en Irán con los tiempos que corren es difícil, en invierno más y en un pueblo cercano al Lorestán iraní, es carambola. Gaetan, un suizo de Basilea, viajaba solo y venía del norte; aún tenía la cara roja del frío que había pasado. Algo que nos asustó. Cuando le contamos que íbamos al norte, exclamo un "shit!" pensando en lo que nos esperaba. Intercambiamos información y mapas; su destino final era Katmandú y tenía pensado atravesar el desierto más grande de Irán.

Con Gaetan

Esa noche, cuando salimos a cenar, nos encontramos con panfletos en el suelo que rezaban "Down with USA", utilizados durante las manifestaciones convocadas con motivo del aniversario de la llegada de Jomeini del exilio en Francia e inicio de la Revolución. Durante esos cinco días Irán estuvo incomunicada del resto del mundo. No podíamos realizar ni recibir llamadas, ni tan siquiera enviar un sms.

Viento, lluvia y frio
Al día siguiente sólo pudimos hacer 40km por el viento. Era desesperante. Daba igual que fuéramos cuesta abajo que cuesta arriba, no pasábamos de los 11 km por hora. Llegamos a Jomein, famosa por el hecho de ser la ciudad natal del Ayatollah Jomeini. Eran las dos de la tarde y las calles estaban vacías, parecía una ciudad fantasma. Tras encontrar un sitio donde tomar una sopa caliente, buscamos un lugar donde dormir. De casualidad paramos a preguntar en la casa donde vivió el líder de la revolución. Una casa sencilla junto al río del pueblo en la que iban entrando y saliendo familias enteras. Ellos de estricto negro; ellas con chador; sólo los niños vestían con ropas de color. En cuestión de segundos nos rodeó un grupo de 30 personas para curiosear la novedad y cosernos a preguntas.

Junto a la casa natal de Jomeini. Maria preguntando por alojamiento rodeada de curiosos

No quisimos pagar el infladísimo precio (20 euros) que nos pedía el dueño de una posada en peor estado que Persépolis y decidimos montar la tienda en un parque céntrico del pueblo. Cuando nos disponíamos a desmontar las alforjas aparecieron Moctaba y Fatima que insistieron en invitarnos a su casa. No esperamos a la cuarta, a la tercera aceptamos. Nos enseñaron la ciudad, probamos los mejores kebabs de Irán, nos presentaron a sus respectivas familias y nos dieron cobijo esa noche.
Con Moctaba y Fatima

Hasta Hamadan rodamos con mucho frío y viento, pasamos por paisajes nevados y pueblos de piedra e hicimos escala en las ciudades de Arak y Malayer.

Foto de recuerdo con mecanicos de bicis en Arak que revisaron las bicis

Llegando a Malayer

Hamadan era la última ciudad grande por la que pasaríamos antes de entrar en el kurdistán iraní. Ahí aprovechamos para descansar y visitar un lugar cargado de historia guiados por Mohammad y Leila, otro eslabón en la cadena de contactos. Poco quedaba del antiguo Ecbatana, una de las capitales del imperio persa, situada en la ruta comercial hacia Babilonia, en el actual Irak. En el museo del sitio arqueológico sólo había copias de los vestigios encontrados; la mayoría de los originales se los repartían los museos europeos.
Lo que queda de Ecbatana
Este lanzacohetes es la tumba del Sabio Avicena en Hamadán

De Hamadán seguimos al oeste. El viento empezaba a volvernos locos, parecía que el silbido no iba a cesar nunca. Avanzábamos muy lentos, los paisajes iban cambiando y las gentes también: más bigotes y menos barbas. El traje típico de los kurdos consistía en un chaleco, una faja y pantalones holgados.

Ellos
Ellas
Las mujeres iban también tapadas, pero con colores más vistosos. La primera noche nos acogió una familia kurda con la que terminamos aprendiendo bailes kurdos. Al día siguiente el viento no amainó y justo cuando estábamos a punto de tirar la toalla y hacer dedo a 20km del destino, el viento cesó y la carretera empezó un descenso de 15 km hasta el pueblo de Hoseynabad.
Pueblos mimetizados con el entorno, entrando en el kurdistan irani

No había posadas. Los locales nos miraban perplejos cuando entramos por las calles del pueblo. Nos señalaron la mezquita cuando preguntamos por una musaferjune. Entramos guiados por el amo de llaves que nos condujo a una habitación mientras todos los hombres rezaban en grupo. Esa noche nos invitaron a compartir el té con la familia del clérigo del pueblo, tocado de un turbante blanco. Nos contaron que ellos, al igual que la mayoría de kurdos en Irán, eran sunníes. Una vez más nos preguntaron nuestra opinión acerca del islam. Respondimos correctos, diciendo que las religiones son un mismo árbol con diferentes ramas y que el Cristianismo y el Islam compartían mucho. Si hubiéramos ido mas allá hubiéramos criticado la patente desigualdad de derechos entre mujeres y hombres. Preferimos tener una velada tranquila, bastante duro había sido el día. Al hablar David de su familia, dijo tener un hermano enólogo. -Haram!- (pecado islámico) sentenció el clérigo ante su audiencia. -La sangre de Cristo! -respondió David ante la cara desencajada de María que no sabía donde iba a terminar la conversación. Algo murmuró el hombre y se rió. Supusimos que decía que era la excusa que utilizábamos los masihi (cristianos) para beber vino.
Con la familia del clérigo en Hoseynabad (el clérigo no quiso aparecer en la foto)
A la mañana siguiente desayunamos en casa del clérigo que aún dormía cuando llegamos. La madre y la hija nos recibieron desayunando sobre un sofreh estampado con una imagen del Golden Gate de San Francisco. Nos enseñaron una estantería llena de Coranes. El clérigo se había aprendido de memoria el Corán, pero dudamos de si era capaz de freír un huevo.

Paisajes

En un principio teníamos pensado cruzar a Turquía por el norte; no se nos había pasado por la cabeza cruzar a Turquía por Irak, pero sólo encontramos ventajas a esta nueva alternativa:

1. atajábamos más de 300km;
2. evitábamos montañas... ya habíamos tenido suficientes;
3. bajábamos de altitud, luego haría menos frío;
4. parecía seguro. Gaetan, el suizo, había tomado esa ruta.

Así que pusimos rumbo a Piranshahr, frontera con Irak. Fueron cinco días pasando por montañas y valles inhóspitos, pueblos desérticos, y con mucho viento de cara. Parecía una conjura. Pensabamos que Alá manejaba el viento con un control remoto y que se lo estaba pasando pipa poniéndonoslo en contra cada vez que cambiábamos de dirección.

Gente

Uno de los días paramos a comer junto a un pueblo. El herrero nos invitó a su casa. Además del rico pollo que nos ofreció, nos puso la ETB Internacional. Ahí estábamos comiendo pollo en un pueblo perdido del kurdistán iraní sintiéndonos más cerca de casa mientras veíamos un partido de pelota mano.

Mohammed, el herrero, y sus hijas

Otro de los inconvenientes que encontramos en Kurdistán son los perros salvajes. En más de una ocasión acabamos a pedradas con alguno. Estos perros, cuando están domesticados, son utilizados para proteger a las ovejas de los lobos. Aprendimos de un pastor un truco muy eficaz: en cuanto se te acerca un perro con ganas de bronca, no salgas a la fuga, apúntale al hocico con un palo. Suelen pararse y dar media vuelta, si no tienen la rabia claro. A nosotros nos funcionó.


En la carretera vimos muchos perros atropellados y algún lobo

Uno de los grandes alicientes del día para pedalear subiendo y bajando cuestas, con frío, lluvia, viento en contra y perros salvajes, era encontrar un puesto de carretera donde tomar lo que se convirtió en uno de nuestros platos preferidos: unos huevos fritos. Así, los "días de perros" tenían unos minutos de gloria al calor de una estufa de gasolina junto a los locales.


Vendedor de telas para vestidos kurdos

En esa semana, antes de llegar a la frontera, agentes secretos nos pararon en tres ocasiones para pedirnos los pasaportes. Imaginamos que se trataba de una zona sensible pues no paraban de repetirnos las mismas preguntas: ¿Qué hacíamos ahí? y ¿cuál era nuestro objetivo? Lo de ser turista no les servía; incluso pensamos que algunos sospechaban que éramos espías. En una de las ocasiones recurrimos a Samaneh, amiga de Isfahán, quien nos echó una mano soltándoles un rollo por teléfono que les dejó contentos. El mismo día que vencía nuestro visado llegábamos a la frontera entre Irán e Irak. Una bella zona rodeada de picos nevados y verdes valles, pero muy militarizada.

A pocos kilómetros de la frontera entre Iran e Irak

Nada más llegar, el funcionario de inmigración iraní nos comunicaba que si no teníamos visado iraquí, no nos dejaría pasar. Le dijimos que no hacia falta, que el suizo había entrado sin problema. Se ausentó un minuto para consultar a sus homólogos iraquíes y volvió confirmando la negativa. Desanimados, pero sin querer forzar el destino, preguntamos dónde podíamos coger el primer transporte que nos llevara 200km al norte para entrar a Turquía. En ese momento apareció un oficial iraquí que nos pidió los pasaportes. Los examinó, miró las bicis y dijo: come, come!!









Bye bye Irán!!

Dejábamos Irán: un país con dos caras muy diferentes. Por un lado, el cerrado y fundamentalista Irán retratado en los medios de comunicacióln y, por el otro, el hospitalario y policromático Irán del día a día. Muy duro en invierno para andar en bici, pero recompensado con los paisajes y la cálida atención de su gente. Sin duda cinco semanas muy intensas.

Un abrazo,
David y María

5 comentarios:

Unknown dijo...

Kaixo Bikote,
La verdad es que es otra historia, lo que contais a la idea que tenemos por aquí, verdad?. Me alegro mucho que haya sido tan positivo el país en vuestra visita...
Os veo estupendos, como siempre. Maritxu, te queda genial el pañuelo!!! Te lo vas a plantear luego aquí???????? Es una opción, jijiji...
Bueno chicos, un besazo enorme, desde Doñosti os seguimos y os esperamos. BESOSSSSSSSSSSSS

Itxi y Natxo

Olatz dijo...

Aupa bikote !!!
Ya os queda menos.
Muy interesante lo de Iran, la verdad es que nos habeis enseñado cosas muy diferentes a lo que normalmente nos llega sobre ese pais.
Animo, y un beso para los dos.
Ibon eta Olatz

Izaskun dijo...

Hola pareja!!

No he dejado de leeros desde el principio que me hablo Cristina de este blog pero no me habia atrevido a dejar un saludo por aqui.
Es increible lo que estais haciendo, me dais una envidia tremenda...siempre ansiosos por el siguiente capitulo...
Me ha encantado descubrir un nuevo Iran.
Ondo segi!!!

Izaskun.

David y María dijo...

Hola!!
Gracias a todos por los comentarios!Nos alegra que os hayan gustado las cronicas sobre Iran, esperamos que os animen a descubrir el pais!

Itzi!! Sobre tu sugerencia de llevar panuelo: dice que ni de broma! Ya te contara Maria las peleas que ha tenido con el panuelo !Espero que esteis bien por Donosti.



Olatz, Ibon!

Gracias otra vez!Que tal la Semana Santa? Ya queda menos para vuestro viaje. Habeis empezado con los preparativos? Hoy nos hemos acordado de vos, ya que visitando una iglesia hemos coincidido con un coro en pleno ensayo!!

Izaskun!

Que ilusion saber que nuestro blog llega a mas gente de la que pensamos! Gracias por tu atrevimiento.Espero que sigas bien y a ver si nos vemos a la vuelta.

Besos y abrazos para todos,
David y Maria

Anónimo dijo...

Hola María y David!

Os escribo de Euskadi Irratia-Donostia. Sería nuestro interés haceros una entrevista sobre vuestro viaje pero...no sé si alguno (o los dos) hablías euskara. El tema es que sólo emitimos en euskara. Podéis contestarme al e-mail: urkola_aitor@eitb.com MILESKER!